Fotografía de Edgar Velásquez tomada en el 2013 que muestra los grafitis en las paredes del Miami Marine Stadium.

Cortesía / Edgar VelásquezPantalla Completa Compraranterior | próximaImagen 1 de 3Foto de 1970 de un concierto en el Miami Marine Stadium cedida por Friends of the Miami Marine Stadium. Cortesía / Friends of the Miami Marine StadiumPantalla Completa Compraranterior | próximaImagen 2 de 3.

Marine Stadium

El arquitecto Hilario Candela, quien tuvo a su cargo el diseño del Miami Marine Stadium, en una foto tomada para la Pancoast, Ferendino, Skeels, and Burnham durante la construcción de la estructura en 1963. Cortesía / Hilario CandelaPantalla Completa Compraranterior | próximaImagen 3 de 3Photos Contenido Relacionado.

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La exposición Concrete Paradise: The Miami Marine Stadium revive, por una parte, el esplendor, la gloria de este estadio diseñado en 1961 por el arquitecto cubano Hilario Candela, cuya construcción finalizo un año más tarde a orillas de Biscayne Bay. Por la otra, recuerda también el ocaso de esta emblemática construcción de la modernidad arquitectónica como ruina “viviente” de un Miami devastado en 1992 por la furia del huracán Andrew.

Entre pasado y presente del Marine Stadium se mueve esta muestra en la que se puede contemplar, entre otras cosas, archivos documentales de la época con fotografías, carteles e invitaciones. Pero también se puede disfrutar de objetos curiosos como, por ejemplo, una lancha original empleada en las carreras, al parecer muy populares por aquellos años cuando Miami fuera el epicentro de este deporte. Se contempla, además, obras artísticas como una instalación de Alexandre Arrechea compuesta de dibujos, objetos y textos que reflexiona, en clave simbólica, sobre la historia material y arquitectónica de esta construcción.

El carácter decididamente moderno del Marine, el aspecto como de estar posado entre el agua y la arena, armonizan su estructura completamente abierta hacia el mar, ofreciendo una maravillosa panorámica del entorno de la bahía. Su imponente techado con dimensiones similares a la de un estadio de fútbol, lanza una viga voladiza de hormigón que en su momento fuera la más grande del mundo. Visto de lejos semeja un sillón con un gran sombrero en cuyo escenario se realizaron eventos que hoy forman parte de la memoria colectiva, social y cultural, de la ciudad.

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Además de las diversas documentaciones gráfica y textual, objetos, obras de arte sobre el Marine Stadium, la exposición cuenta con un revelador audiovisual, al más puro estilo narrativo del documental de historia. En este se sintetiza de manera entretenida las casi tres décadas de actividad del Marine Stadium, que en el 2012 fue declarado Patrimonio Nacional por la Fundación Nacional para la Preservación Histórica (FMMS). Fragmentos de películas hilvanadas dan cuenta de cómo la construcción primero fue adoptada, cálida y masivamente, por la población de Miami para el ocio y el entretenimiento relacionados con los deportes acuáticos. Pero las imágenes también dan cuenta de cómo la ciudad y sus habitantes adaptaron luego esta construcción para otros múltiples usos muy diferentes al inicial. Y es muy variopinta la programación, cuando se mira retrospectivamente, respondiendo al contenido de las actividades y los eventos realizados. Además de las clásicas carreras y otros deportes acuáticos, se realizaron conciertos de grandes figuras de la música pop, rock o jazz como, por ejemplo, Gloria Estefan, Jimmy Buffett, Dave Brubeck, los Beach Boys y Ray Charles. Se escucharon conciertos de orquestas sinfónicas, se oficiaron ceremonias religiosas, fiestas y bailes, incluso se empleó también para mítines políticos y plató de películas.

El Miami Marine Stadium es hoy una construcción en ruinas “habitada” por una intensa actividad de artistas callejeros que han hecho del estadio un inmenso graffiti. Curiosamente, el empleo de sus ruinas para esta actividad artísticas ha sido la única manera en que las nuevas generaciones, no solo entran en contacto y conocen esta joya arquitectónica, sino que también aprovechan su espacio arquitectónico como tribuna improvisada de un arte con vocación por las problemáticas del espacio público.

Es muy deseable que la FMMS pueda llevar a buen puerto su ambicioso plan que comporta no solo la renovación de la estructura, sino también la creación de un parque marino frente al agua como espacio público para celebrar conciertos, triatlones, carreras de botes, festivales, espectáculos y eventos comunitarios.

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Pero esto no es todo. El Museo de Barcos Antiguos de Clayton, Nueva York, trabajará conjuntamente con la FMMS para desarrollar un museo marítimo satélite que también tendrá su sede en el Marine Stadium. Ante este plan y las imágenes de la exposición, no es difícil imaginar el ambientazo festivo de la población que, años atrás, acudía asiduamente al estadio para disfrutar de todo esto, en medio de uno de los pocos accesos públicos que tiene la bahía. Se respira la diversión, el espíritu de juventud y la modernidad, como un valor de la sociabilidad y del carácter comunitario de lo público, que el brío de la ciudad parece haber ido perdiendo. Tal vez el rescate del Miami Marine Estadium, como espacio público frente al mar sirva también para recuperar una conciencia sobre la importancia de lo público dentro del espacio urbano de la ciudad.

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